Estrené Cumbres en 2004. Venía de hacer Frankenstein, el musical. Esa historia me había acompañado casi 10 años de mi vida, y me daba terror no encontrar otra de la cual también me enamorase de esa forma. Y fue en el verano del 2003, viniendo en el ómnibus de Villa General Belgrano después de la gira en concierto de "Franky", cuando empecé a leer Cumbres. Y ocurrió de vuelta. Lo que más me gustó fue que me dio la oportunidad de hacer algo totalmente distinto a Frankenstein, desde el número del elenco (¡de 30 a 7!) hasta el tipo de música (de un tono sinfónico a un sonido rockero), en fin, una estética completamente diferente. En 2006 volví con Franky, pero siempre pensé en volver también con Cumbres porque creo que se merece más. La repercusión de Frankenstein 2006 me alentó a encarar de vuelta esta obra, para que más gente se acerque ahora a Cumbres. Y aquí debo agradecer a Alberto Ramos, encargado del Teatro Comedia, porque confía nuevamente en mí (¡hasta organizó funciones para colegios!). Ya hablaré de los cambios que, junto a Fernando desde la música, le estamos imprimiendo a esta versión para hacer más entendible la historia. Por lo pronto, mañana vamos a Argentores a registrar la obra (nunca lo habíamos hecho, ¿pueden creer?).
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